DIDACHÉ (DIDAJÉ)
DOCTRINA DE LOS DOCE APÓSTOLES
A. ENSEÑANZA MORAL. LOS DOS CAMINOS
I
La doctrina del Señor para las naciones
mediante los Apóstoles.
1.
Hay dos caminos: uno de la vida, y otro de la muerte; pero muy grande
es la diferencia entre los dos caminos.
2.
El
camino de la vida, pues, es éste: Primero, amarás a Dios que te creó; y segundo, a tu
prójimo como a ti mismo. Y todo lo que no quieras que te suceda
a ti, tú tampoco lo hagas a otro.
3. La doctrina de estos dichos es ésta: Bendecid a los que os maldicen, y rogad por vuestros enemigos: ayunad
por los que os persiguen. Porque,
¿qué gracia hay en querer a los
que os aman? ¿No
hacen esto también los gentiles? Vosotros,
en cambio
amad a los que os odian, y
no tendréis enemigo alguno.
4. Abstente de codicias carnales y corporales. Si alguno te diere un golpe en la
mejilla derecha, ofrécele también la izquierda, y serás perfecto. Si alguno te forzare a caminar con él una milla, acompáñale otra más. Si alguno
te quitare tu capa, dale también tu túnica. Si alguno
te tomare lo que es tuyo, no se lo
reclames; porque no puedes (hacerlo).
5. Da a todos los que te pidan, y no lo
reclames (después). Porque el Padre quiere que se de a todos de sus propias dádivas. ¡Bienaventurado el que da según el mandato, porque es inocente! ¡Ay, empero,
del que tome! Porque quien tome por necesidad, es inocente. Mas quien no tuviere necesidad, habrá
de dar cuenta de por qué tomó y para que. Le tomarán preso y le interrogarán
de lo que hizo; y no saldrá de
allí hasta que haya devuelto el céntimo.
6. De esto también fue
dicho: Exudará tu limosna en tus manos
hasta que sepas a quien la das.
II
1.
El
segundo mandamiento de la doctrina:
2.
No
matarás. No cometerás adulterio. No corromperás a los jóvenes. No fornicarás. No hurtarás. No
harás brujerías. No prepararás venenos. No cometerás aborto ni
infanticidio. No codiciarás los bienes de tu prójimo.
3.
No
perjurarás. No darás testimonio falso. No hablarás mal (de tu prójimo). No serás vengativo.
4. No serás doble ni bilingüe. Pues,
trampa de la muerte es la doblez.
5. Tu palabra no será mentirosa ni vacía,
mas llena de obra.
6.
No
serás avaro, ni rapaz, ni hipócrita, ni malicioso, ni soberbio. No tramarás
tretas contra tu prójimo.
7.
No
odiarás a nadie;
sino que reprenderás a unos, tendrás
compasión de otros; por otros rogarás, y a
otros amarás más que a tu propia
alma.
III
1.
Hijo
mío, huye de todo malvado y de todo lo que malvado parezca.
2. No seas iracundo; porque la ira lleva
al homicidio. Tampoco seas
receloso ni rijador, ni
altivo; porque de todas estas cosas se originan homicidios.
3.
Hijo
mío, no seas concupiscente; porque la concupiscencia lleva a los pecados
de la carne; tampoco seas hablador de cosas torpes, ni soberbio de la
vista; porque de todo esto nacen adulterios.
4. Hijo mío, no seas agorero; porque esto lleva a la idolatría.
5.
Hijo
mío, no seas mentiroso, porque la mentira lleva al hurto; tampoco aficionado al dinero, ni vanidoso; porque
de todas
estas cosas nacen los
hurtos.
6.
Hijo
mío, no seas murmurador; porque lleva a la maledicencia; tampoco arrogante; ni malintencionado: porque de todo esto se originan
las maledicencias.
7. Por el contrario, has de ser manso;
porque los mansos poseerán la tierra.
8.
Sé
paciente y misericordioso, sin malicia, quieto y bueno,
y temeroso siempre de las palabras que escuchaste.
9.
No
te ensalces a ti
mismo, ni hinches con arrogancia tu alma. Tu corazón no se
adhiera a los soberbios, mas se vuelva a los justos y humildes.
10.
Todo
cuanto suceda has de aceptar por bueno, sabiendo que nada acaece sin Dios.
IV
1.
Hijo
mío, día y noche recuerda a quien te habla de la palabra de Dios, y respétalo como al Señor;
porque donde habla la autoridad del Señor, allí está el Señor mismo.
2.
Busca
cada día los semblantes de los santos para descansar en sus palabras.
3.
No
desees separaciones (cismas); mas pacifica a los que pelean. Juzgarás con
justicia. Tu fallo sobre deslices ha
de ser sin acepción de personas.
4. No fluctúes entre el sí y el no.
5.
No
seas como quien extiende las manos para recibir, y las
cierra para no dar.
6. Si tuvieres algo en tus manos, lo darás para la expiación de tus
faltas.
7.
No
tardes en dar, ni des con pesar; pues sabes quien es el que recompensa con sueldo bueno.
8.
No
huyas del menesteroso, mas compartirás
todos tus bienes con tu hermano; no dirás de ninguna cosa: "Esto es mío"; porque, si compartís la suerte
inmortal, cuánto más la
suerte mortal.
9.
No
quites tu mano de tu hijo o de tu hija; sino que desde la juventud les enseñarás
el temor de Dios.
10.
No
mandes en tu amargura a tu siervo o a tu sirvienta, que esperan en el mismo
Dios, para que no dejen de respetar a
Dios que está por encima de ambos. Porque (el divino Salvador) no viene a llamar según la persona, sino a quienes el Espíritu ha
preparado.
11.
Vosotros,
empero, los
sirvientes, habéis de obedecer a vuestros amos, como tipo de Dios, con
modestia y temor.
12.
Tendrás
odio a toda
hipocresía y a todo lo que no sea agradable al Señor.
13.
No
abandones los mandamientos del Señor; mas guarda lo que recibiste, sin añadir ni quitar nada.
14.
En
la iglesia
(asamblea) confiesa tus pecados:
y no
te acerques a tu oración con mala conciencia. Tal es el camino de
la vida.
V
1.
El
camino de la muerte, en cambio, es éste: Sobre todo es malo y lleno de maldición: los asesinatos, adulterios, concupiscencias, fornicaciones, hurtos, idolatrías, brujerías, preparación de
venenos, rapiñas, falsos testimonios, hipocresía, doblez de
corazón, dolo, malicia, orgullo, avaricia, turpiloquio, envidia,
espíritu atrevido, altanería, ostentación.
2.
Perseguidores de los buenos, enemigos de la verdad, amantes de la mentira, desconocedores de la retribución de
justicia, no aficionados a lo bueno ni al
juicio justo, no
vigilantes para lo bueno sino para lo malo; alejados de la
mansedumbre y la paciencia, amadores de cosas vanas, y ansiosos
de remuneraciones, no compasivos del pobre, e indiferentes para con los apenados,
desconocedores de su Hacedor, asesinos de sus hijos, corruptores
de la criatura de Dios, los que abandonan al necesitado y oprimen
al afligido; abogados de los ricos, inicuos jueces de los
pobres, versados en todos los pecados: ¡Libraos de toda
esta gente, hijos míos!
VI
1.
Mira
que nadie te seduzca de este camino de la Doctrina, cuando te enseñaren cosas sin miras a Dios.
2.
Porque,
si puedes sobrellevar todo el yugo del
Señor, perfecto serás; si, empero, no puedes: haz lo que
puedas.
B. AVISOS
LITÚRGICOS
VII
1.
En
cuanto al bautismo, éste es el modo de bautizar: habiendo previamente dicho todo esto, bautizad en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, en agua
viva.
2.
Si
no tienes agua viva, bautiza en otra agua. Si no puedes en (agua) fría, (bautiza) en caliente.
3.
Si,
empero, no tienes ni una ni otra, derrama agua sobre la cabeza tres veces en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu
Santo.
4. Antes del bautismo, el que bautiza y el que ha de ser bautizado, ayunen, y asimismo otros que puedan hacerlo. Mandas ayunar
al bautizando uno o dos días
antes.
VIII
1. Vuestros ayunos, sin embargo, no sean con los hipócritas: los que ayunan el segundo y el
quinto día después del sábado. Vosotros, en cambio, ayunad el cuarto
día y el viernes.
2.
Tampoco
habéis de rezar como los hipócritas, mas como el Señor mandó en su Evangelio, así
habéis de rezar:
Nuestro Padre,
en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu Reino,
hágase tu
voluntad, como en el Cielo así también en la tierra. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy.
Y
perdónanos nuestras deudas,
así como
nosotros también perdonamos a
nuestros deudores. Y no nos lleves a la tentación; mas líbranos
del mal.
Porque tuyo es
el poder y la gloria en los
siglos.
3. Tres veces debéis rezar de este modo
cada día.
IX
1. En cuanto a la
Eucaristía, así habéis de
realizarla:
2. Primero sobre el Cáliz:
Te damos
gracias, nuestro Padre,
por la sagrada
vid de David, tu siervo,
la cual nos
enseñaste por Jesús, tu Hijo y
Siervo; A Ti la gloria en los
siglos.
3. Y sobre la partición (del pan):
Te damos
gracias, nuestro Padre, por la vida y
la ciencia
que nos
enseñaste por Jesús, tu Hijo y
Siervo: A Ti la gloria en los
siglos.
Como este pan fue repartido sobre los montes, y,
recogido, se hizo uno, así sea recogida tu Iglesia desde los límites de la
tierra en tu Reino
porque tuya es la gloria y
el poder, por Jesucristo, en los siglos.
4.
Pero
nadie coma ni beba de vuestra Eucaristía, sino (únicamente) los que están bautizados en el nombre del Señor. Porque
también de esto el Señor ha dicho: "¡No deis lo santo a los perros !"
X
1.
Y después de hartaros, así dad gracias:
2.
Te damos
gracias, Padre Santo,
por tu santo
nombre, al cual hiciste habitar en nuestros corazones; y
por la ciencia y fe e inmortalidad,
que nos
enseñaste por Jesús, tu Hijo y
Siervo: A Ti la gloria en los
siglos.
3.
Tú, ¡oh Señor, Todopoderoso!,
lo creaste
todo a causa de tu nombre;
diste comida y bebida a
los hombres para su fruición, para que te diesen gracias.
A
nosotros, empero, nos regalaste comida y bebida espiritual y la vida eterna, por tu Hijo y Siervo.
4. Ante todo te damos gracias porque eres poderoso: A Ti gloria en los siglos.
5.
Acuérdate,
Señor, de tu Iglesia,
para librarla
de todo mal, y hacerla perfecta en tu
amor;
aúnala desde
los cuatro vientos a
la santificada, en tu Reino que para ella preparaste: porque tuyo es
el poder y la gloria en los siglos.
6.
Venga tu
gracia, y pase este mundo.
¡Hosanna al
Dios de David!
Si uno
es santo, se acerque. Si no lo es,
conviértase.
Marán-athá!
Amén.
A los
profetas permitid hacer gracias cuantas quieran.
C. ADVERTENCIAS GENERALES
XI
1.
Quien,
pues, viniere a
vosotros enseñándoos todo lo dicho anteriormente, a ése acogedle.
2.
Si,
empero, el que enseña se pervirtió y enseñare
otra doctrina para la disolución, no le escuchéis. Mas si enseña en la
manera de aumentar la justicia y ciencia del Señor, ¡acogedle como al Señor!
3. En cuanto a los apóstoles y profetas, proceded así
conforme al Evangelio.
4. Todo apóstol que llegue a vosotros, ha de ser recibido
como el Señor.
5.
Pero
no se quedará por más de un día o dos, si hace falta; quedándose tres días,
es un falso profeta.
6.
Al partir, el apóstol no
aceptará nada sino pan para sustentarse hasta llegar a
otro hospedaje. Si pidiere dinero, es un falso profeta.
7. Y a todo profeta que hable en espíritu, no le
tentéis ni pongáis a
prueba. Porque todo pecado se perdona; mas este pecado no
será perdonado.
8.
Pero
no cualquiera que habla en espíritu es profeta, sino sólo cuando tenga las costumbres del Señor. Pues, por las costumbres se conocerá al seudo profeta y al
profeta.
9. Y ningún profeta, disponiendo
la mesa en espíritu, comerá de la misma; de lo contrario, es un falso
profeta.
10. Pero todo profeta que enseña la
verdad, y no hace lo que enseña, es un profeta
falso.
11. Todo profeta, sin embargo, probado y auténtico,
que celebra el misterio cósmico de la Iglesia, pero no enseña a hacer lo que él hace, no ha de ser juzgado por vosotros. Su
juicio corresponde a Dios. Porque
otro tanto hicieron los antiguos profetas.
12. Mas quien dijere en espíritu: Dame
dinero, u otra cosa
semejante, no lo escuchéis. Si, empero, os dice que deis para
otros menesterosos, nadie lo juzgue.
XII
1.
Todo
el que viniere en el nombre del Señor, sea acogido. Luego de haberlo probado, lo conoceréis; pues
tenéis criterio para juzgar entre la diestra y la siniestra.
2.
Si
el advenedizo viene
tan sólo de paso, socorredle todo lo posible. El, por su parte, no quedará
entre vosotros más que dos, o según
su necesidad, tres días.
3. Mas si quisiere radicarse entre vosotros, como artesano, trabaje y coma.
4.
Si
no sabe oficio alguno, proveeréis según vuestra inteligencia, para que no viva entre vosotros un cristiano holgazán.
5.
Si
a eso no quiere
conformarse, es un traficante de Cristo. ¡Cuidado con ésos!
XIII
1.
Todo
profeta verdadero que deseare radicarse entre vosotros, es digno de su comida.
2.
Asimismo, un doctor verdadero es, como obrero, digno
de su comida. Todas las
primicias del lagar y de los
campos, del ganado y de las
ovejas, las tomarás y darás a los profetas; porque ellos son vuestros
príncipes sacerdotes.
3. Mas, si no tuviereis profeta, ¡dad a los pobres!
4. Cuando haces pan, tomarás la primicia y la darás conforme al mandato.
5.
Asimismo,
cuando abres la tinaja de vino o del aceite, tomarás la primicia y la darás a los profetas.
6.
Del
dinero y de las vestimentas y de
todo cuanto poseas, tomarás la primicia, según te parezca, y la
darás conforme al mandato.
XIV
1.
Los días del Señor reuníos para la partición del pan y la acción de gracias, después de haber confesado vuestros pecados,
para que sea puro vuestro sacrificio.
2.
Cualquiera,
empero, que tuviere una contienda con su hermano, no os acompañe antes de reconciliarse, para que no sea
mancillado vuestro sacrificio.
3. Pues, éste es el dicho del Señor:
"En todo lugar y tiempo
me ofrecerán una ofrenda pura. Porque soy un gran Rey, dice
el Señor, y mi nombre es admirable entre las
naciones".
XV
1.
Elegíos, pues, obispos y diáconos dignos del Señor, varones mansos, indiferentes
al dinero, veraces y probados.
Porque también ellos administran para vosotros el oficio (liturgia)
de los profetas y doctores.
2.
No
los menospreciéis; porque ellos son venerables entre vosotros, junto con los profetas y doctores.
3.
Vosotros
tratad de convenceros no con irá sino pacíficamente, así como lo tenéis (preceptuado) en el Evangelio. Y si alguno hubiere ofendido á otro, nadie le hable, nadie
le escuche, hasta que se arrepintiere
4.
Vuestras
oraciones, vuestras obras de caridad, y todas
las obras haced de manera como lo tenéis (ordenado) en el Evangelio
de nuestro Señor.
D. EXHORTACIÓN FINAL. VIGILANCIA. LAS
POSTRIMERÍAS
XVI
1.
¡Velad
por vuestra vida! Que vuestras linternas no estén extinguidas ni desceñidos vuestros lomos; mas estad alerta,
porque no sabéis la hora en
que el Señor va á venir.
2.
Reuníos
con frecuencia, solícitos de lo que aprovecha a vuestras almas. Pues no os aprovechará todo
el tiempo que vivisteis en la fe, si no estáis perfectos en el
último tiempo.
3.
Porque
en los últimos días
se multiplicarán los falsos profetas
y los corruptores, y se
convertirán las ovejas en lobos, y el amor se convertirá en odio.
4. Porque, mientras que la iniquidad se
acrecentará, se odiarán unos a otros, se perseguirán y entregarán: y entonces aparecerá el impostor del mundo como
hijo de Dios, y hará señales y prodigios. Y la tierra será entregada en sus
manos. Y cometerá iniquidades como
jamás se hizo en el decurso de los siglos.
5.
Entonces
vendrá el Juicio de los hombres en el fuego de la
prueba. Y muchos se escandalizarán y perecerán.
Pero los que perseveraren en su fe, se
salvarán de la misma condenación.
6.
Y luego aparecerán las señales de la verdad: primero la señal de
la revelación en el cielo, después la señal de la voz de
trompeta, y finalmente, la resurrección de los muertos.
7.
Pero
no de todos, sino según fue dicho: "Vendrá el Señor, y todos los santos con El"
8. Entonces el mundo verá al Señor,
viniendo sobre las nubes del Cielo.